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Foto del escritorLic. Matías Martín

En un mundo desconocido

Actualizado: 26 abr 2020


Este último mes ha sido único en mi trabajo como psicólogo. Por primera vez todos, paciente y terapeuta, pasamos por la misma situación. Una tan fuerte que esa similitud en la experiencia es ineludible. Por esto, el trabajo está siendo diferente. Entendiendo que pasamos por una situación desconocida, en la que tenemos que aprender a estar y nadie tiene el manual. A pesar de las similitudes, cada persona sigue siendo un mundo y lo vive de una forma diferente. No solo desde lo subjetivo sino también partiendo de la base de diferencias importantes como si se sigue trabajando, si hay apremios económicos, si se está viviendo solo, en pareja, en familia o con la familia de origen, entre tantas otras variables.


El encierro y la falta de movimiento en el exterior aumenta mucho el movimiento en el interior. Nos cuesta mucho enfrentamos a ese vacío de actividades. Todo lo que nos define en el día a día está borroneado. El proyectar hacia el futuro es más difícil que nunca. ¿Y que somos mas allá de eso? Es un tiempo para el ahora, para el presente. Lo único constante es el cambio y los estados anímicos se toman muy en serio esa consigna.


Lo que me encuentro en las personas es ese estado inestable, que a veces puede ser muy bueno, a veces regular y a veces es terriblemente angustiante. A algunos los lleva al borde de la desesperación. Pero, acompañándonos en esos momentos, aún de ahí se sale con renovadas fuerzas. Creo que hay que poder decir cuando no se puede más, y poder ayudar a otros cuando hay resto.

Estamos hechos para vivir, y la reclusión y el miedo solo se conectan con los aspectos más destructivos y autodestructivos de la vida.


Pero la vitalidad siempre está ahí queriendo salir, por lo que también me sorprendo gratamente con las personas que en esta situación encuentran la sabiduría para seguir trabajando en ellos mismos, para seguir tocando temas profundos de la historia de cada uno, para seguir buscando respuestas. No siempre se puede hacer, a veces hay que volver hacia ese ahora donde solo hay una respuesta certera para dar: Hay que prestar atención, porque no hay forma de pasar semejante crisis vital y no ser afectado por ella. Y como nuestra mente se vuelve más descontrolada cuando ya nos hay distracciones, solo nos queda no enfrentarla solos.

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