La familia es un sistema fundamental en la sociedad actual, y lo ha sido a través de diferentes culturas y épocas. Tiene funciones cruciales como:
Cuidar
Brindar seguridad física y afectiva
Criar
Educar
Dar afecto
Permitir el crecimiento y la independencia
Teniendo funciones tan complejas e importantes para la crianza y el desarrollo, cuando una familia "funciona mal", los efectos dejan marcas duraderas en sus miembros. Deben ser muchos los aspectos que deben encontrar un equilibrio sano dentro del sistema que es la familia. Entre ellos podemos pensar en la necesidad de límites claros, afecto suficiente, roles definidos de cada miembro, e independencia de los integrantes.
Dentro de este equilibrio necesario, el poder es uno de los aspectos más complejos y difíciles de balancear. Podemos verlo en estas diferentes posibilidades de desequilibrio
Poder en los abuelos o figuras externas al núcleo familiar: Cuando una nueva familia se forma a partir de la pareja y los hijos de estos (proviniendo cada uno de una familia diferente) la separación de la familia extensa (abuelos, tíos, etc) no siempre es sencilla. Es necesario que esta nueva familia pueda tener un cierto nivel de independencia económica, su espacio propio, y la posibilidad de decidir sobre sus valores y costumbres, entre otros aspectos. Es común ver casos en donde el apego hacia figuras como abuelos dominantes, que hacen sentir su peso en las decisiones familiares, dificulta la crianza de los hijos e incluso el bienestar de la pareja, generando tensiones en estos. Al no contar con esta independencia, a esta nueva familia en formación se le hace difícil encontrar cualidades para resolver sus propios conflictos y desafíos. Muchas veces la única solución que se encuentra es el alejamiento físico, o a la ruptura de relaciones en un intento de escapar de esa poderosa influencia.
Poder en un padre: Cuando uno de los padres es el "tirano" de la familia, quien toma todas las decisiones, impide que cada miembro, incluida su pareja, pueda desarrollar sus gustos, intereses, pensamientos propios y elecciones en su vida, generando frustración, rencor y muchas veces la ruptura de la familia. De este tipo de configuración del poder, surgen hijos que se sienten protectores del padre débil, lo cual lógicamente excede sus posibilidades reales, haciendo que estos tengan que madurar prematuramente. Se los conoce como hijos "sobreadaptados", ya que deben adaptarse a una conducta adulta saltándose las etapas de la infancia.
Hijos con poder sobre sus padres: Un caso cada vez más frecuente es el de los hijos a quienes sus padres no logran poner ningún tipo de límite. Entonces, estos deciden que hacen (aún cuando esto afecta su salud), no aceptan negativas y se vuelven una tremenda fuente de estrés para los padres. Como consecuencia de esto, en su vida adulta no toleran frustración alguna (cualquier revés de la vida los paraliza), pretenden imponerse a la fuerza con los demás así como lo hicieron en su familia, y esto resulta en dificultades para formar relaciones maduras y en fracaso escolar y laboral (áreas donde sobreponerse a obstáculos es fundamental) .Esto sucede porque los límites aprendidos en los primeros años preparan para una vida donde los logros son fruto de la autosuperación constante.
Estas son sólo algunas de las posibilidades de desequilibrio en el poder, pero sirven para comprender que cada disfunción lleva a diferentes trastornos. En todos los casos se pueden trabajar terapéuticamente, buscando reordenamientos donde la nueva familia puede tener su independencia, y dentro de ella, el poder se equilibra. Los adultos deben tener la potestad necesaria para educar y guiar a los niños, pero cada miembro de la familia debe también tener la posibilidad de tomar sus propias decisiones de acuerdo a su nivel de madurez.
Mas sobre este tema en el episodio 7 de "El Portal"
https://www.matiasmartin.com/podcast/episode/314acd16/t1-e7-males-de-familia-desequilibrios-de-poder